Ese momento de felicidad, que estas entre ponerte a bailar, gritar o pegarle un beso al primero que se te cruce por el camino. Vamos a ser felices, a sonreír, que llorar es demasiado fácil y viene solo. Coge la ampolla de vodka, dale un trago, súbete encima la mesa, ponte a bailar y canta como si no hubiera un mañana.
Haz que todos los problemas desaparezcan de tu cabeza por una noche.
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